En Australia algunos obervadores han criticado abiertamente a un grupo que informa sobre las drogas y la relación que asegura tener con el gobierno. Una entidad denominada Drug Free Ambassadors Australia (DFAA), vinculada a los programas Narconon y a la Iglesia de Scientology, forma parte junto a otras de un paquete de medidas económicas establecidas por un pacto nacional aprobado por el ex primer ministro de Australia, Kevin Rudd, en marzo de este año y vehiculizadas a través del Ministerio de Educación, Empleo y Relaciones Laborales (DEEWR).

El pacto nacional de DEEWR supone un acuerdo entre el gobierno y organizaciones no lucrativas para generar finalmente «un input en las políticas públicas y las partidas económicas…permitiendo a un amplio abanico de organizaciones no lucrativas el poder trabajar con el gobierno para alcanzar una visión conjunta».

La abogada Grainne O’Donovan declaró recientemente que es «preocupante que la DFAA esté en posición de influir en políticas públicas de salud y más aún considerando las extendidas dudas acerca de sus prácticas». Se refirió a que «los Embajadores no sólo están en contra de las drogas ilegales, sino también en contra de los fármacos y la psiquiatría». Añadió que citan en sus materiales escritos al Harm Prevention Register -que forma parte del Departamento de Familia, Vivienda, Servicios Comunitarios y Asuntos Indígenas (FaHCSIA)- «dando la impresión que son una organización aprobada por el gobierno»; la FaHCSI ayuda a las organizaciones no lucrativas a obtener fondos mediante donativos libres de impuestos.

La publicidad que emplean es que son «una organización no lucrativa incluida en el Harm Prevention Register, fundada para atender la demanda del programa de prevención de drogas «Dí NO a la Droga / Di SÍ a la Vida» que miembros de la Iglesia de Scientology y otras organizaciones voluntarias han estado realizando a lo largo de los últimos 20 años alrededor del mundo».

O’Donovan cree que la publicidad que emplean puede dar lugar a que el ciudadano de a pie piense que es un programa reconocido por el Gobierno de Australia, cuando no es así. O’Donovan remarcó en una entrevista del Brisbane Times que el riesgo adicional que podría darse es que se conviertiera en una puerta de entrada a Scientology y fuera utilizada como una organización para reclutar nuevos miembros para la iglesia.

Por su parte, el responsable de Relaciones Comunitarias de la iglesia sostuvo que el programa «nunca se usó para reclutar nuevos miembros para la iglesia…decimos abiertamente que tenemos relación con Scientology y dejamos que la gente nos pregunte si lo desea…(aunque) no se si la DEEWR conocía la relación que tenemos con Scientology en el momento en que se estableció la ayuda…».

Ian Hickie, psiquiatra y director del Brian & Mind Research Institute ha indicado además que algunas informaciones ofrecidas por el DFAA son «completamente inapropiadas y no están bien fundamentadas…tienden a confundir las drogas no legales con la medicación al uso y su publicidad web da a entender que tienen un respaldo nacional». En referencia a las recientes recomendaciones establecidas por una comisión del Senado para investigar los movimientos económicos de organizaciones libres de impuestos -incluyendo los grupos religiosos-, Hickie indicó que las principales fuerzas políticas de Australia renunciaron investigar a Scientology «por estar demasiado asustados… Scientology tiene una larga historia de intimidación a sus críticos…por ello, felicito al senador Nick Xenophon y a los Verdes sus esfuerzos para poder investigarla».