El pintor escocés Benjamin Creme ha fallecido a la edad de 93 años, tras años predicando la llegada de Maitreya. Creme aseguraba estar en contacto telepático con una comunidad de Maestros Ascendidos, asignándose la misión de transmitir este mensaje a toda la Humanidad.

Creme aseguraba que fue contactado inicialmente de forma telepática en enero de 1959. Empezó a hablar públicamente en mayo de 1975 en Londres, anunciando la emergencia de un grupo de maestros Ascendios que llevarían a la Humanidad hacia la Era de Acuario; a la cabeza de ese grupo de Maestros Ascendidos estaría el gran Avatar, Maitreya, el Instructor Mundial.

No obstante, Creme saltó a la atención pública en 1982, cuando publicó toda una serie de anuncios en periódicos de Europa y Estados Unidos anunciando que Maitreya había dejado su morada de los Himalayas y había adoptado una forma humana, yendo de Pakistán a Londres, donde se suponía que trabajaba como un vigilante nocturno de un hospital.

En esta conferencia, Creme indicó que se estaba preparando el “Día de la Declaración”, en el que se revelaría a si mismo a través de las conexiones de televisión de todo el mundo, iniciándose así una nueva era de paz y armonía: “Cristo Maitreya aparecerá en todos los canales de televisión del mundo, unidos entre sí por satélite.Todos los que tengan acceso a la televisión verán … [su cara] . Establecerá una relación telepática con toda la Humanidad simultáneamente. Todos sentirán mucho más amor de lo que nunca han sentido antes y debido a la masiva emisión de amor, cientos de miles de ‘milagros’ y curaciones sucederán simultáneamente».

Para preparar la llegada del Cristo Maitreya, Creme se dispuso a poner en marcha una revista (Share International), que publicaría las supuestas comunicaciones telepáticas que recibía Creme de su Maestro, así como diversos boletines en los que se recogían tales mensajes que influían en temas del mundo.

En 1988, Share International publicaría una foto de un hombre en Nairobi que supuestamente era el Maitreya y que de algún modo anunciaba que el Día de la Declaración estaba cercano a darse.

El mensaje de Creme caló pronto entre múltiples devotos de la New Age. Share International llegó a publicar en más de 70 países, realizando giras internacionales por Europa, América, Sudamérica e incluso Japón para anunciar a Maitreya. Asimismo, llegó a escribir unos 16 libros sobre temas esotéricos que tuvieron buena recepción entre el público del mercado esotérico.

Nacido en Glasgow en 1922, en el seno de una familia de un padre ruso y judío y una madre irlandesa y católica, Creme siempre tuvo aspiraciones artísticas, anhelando poder vivir de la venta de sus cuadros. Según refería él mismo, su interés en el mundo del esoterismo se despertó en torno a sus 14 años de edad, cuando conoció los escritos de la exploradora belga Alexandra David-Néel, conocida principalmente por su visita a Lhasa (1924), capital del Tíbet. Creme aseguraba que el estudio de los escritos de esta mujer polifacética le llevó a dominar la práctica lógica tibetana del “tummo”, una práctica ascética por la que el practicante puede llegar a vivir a bajas temperaturas sin abrigo alguno.

Más adelante, incorporó lecturas de Gurdjieff, Ouspensky, Maharishi e incluso Yogananda, aunque sin duda fueron los escritos de Blavatsky los que más incidieron en su propuesta. La propia Blavatsky aseguraba estar en contacto con un grupo de adeptos espiritualmente avanzados que dio en llamar la Jerarquía de Maestros, hablando de un nuevo instructor mundial llamado Maitreya (el cuarto Buda dentro de la cosmología budista tibetana).

El mensaje de Blavatsky sería posteriormente elaborado por su seguidora Alice Bailey, quien en 1923 rompería con la Sociedad Teosófica y fundaría la Escuela Arcana, asegurando estar ella misma en contacto telepático con un Maestro Ascendido al que llamaba “El Tibetano”. Bailey estaba convencida que la Jerarquía de Maestros habitaba en la mítica e imaginaria ciudad de Shamballah, que supuestamente habría sido descubierta por los Venusianos hace unos 18 millones de años en algún punto del desierto de Gobi.

Todo este recorrido llevaría a Creme a hacerse miembro de la Sociedad Aetherius, un grupo de contacto extraterrestre que fue fundado por el excéntrico “Sir” Georges King, un antiguo taxista que tuvo una revelación en la que le dijeron “prepárate, vas a ser la voz del parlamento Interplanetario”. King, reconvertido a predicador, sostenía que él era la voz de una entidad de Venus llamada Aetherius. Con el tiempo, Creme llegaría ser el vicepresidente de la Sociedad Aetherius, hasta que la abandonaría en 1958. Al año siguiente, Creme experimentó su propia epifanía al indicar que había entrado en contacto telepático con un maestro de la misma jerarquía de Maestros de los que Blavatsky y Bailey habían hablado.

A partir de ese momento, Creme se dedicó a transmitir el mensaje de Maitreya y formó un grupo en torno a su persona, dando conferencias públicas y hablando sobre los mensajes de Maitreya. Una de sus últimas declaraciones apuntaban hacia que Raj Patel, conocido economista, pudiera ser Maitreya. En sus conferencias, aclaraba a sus oyentes que era capaz de entrar en un estado de meditación en el que de algún modo él mismo termina a”eclipsado” por el poder de Maitreya, por lo que no debían asustarse si de pronto empezaba a mostrar algún comportamiento extraño durante sus charlas o talleres.

Creme mostraba regularmente una fotografía tomada en 1988 cuando Maitreya «apareció milagrosamente a una multitud de 6.000 personas en Narobi», supuestamente dejando «unos 30 o 40 testigos» que habrían sido completamente curados de sus enfermedades. Las pretendidas apariciones de Kenia habrían continuado en lugares como México, Rusia, Alemania, Suiza, Austria, Checoslovaquia, Rumania, Escocia, Noruega, Oriente Medio, África del Norte, India o Pakistán. Según el discurso de Creme, Maitreya continuaría haciendo estas apariciones hasta que los medios de comunicación le empezaran a tomar en serio.

Creme hablaba de lo que él predicaba como algo “embarazoso”, sin desmotivarse porque nunca llegara Maitreya, argumentando que de algún modo eso contravendría el libre albedrío de las personas, al mismo tiempo que subrayaba que la llegada de Maitreya no podría darse sin una adecuada invitación por parte de figuras políticas de alto nivel y un adecuado recibimiento por parte de los propios medios de comunicación.