En una entrada anterior hablábamos de la Medicina Universal de Serge Benhayon, fundada a finales de los noventa por un antiguo entrenador de tenis que salía de la bancarrota por impagados en un centro de tenis de Sydney. Benhayon, que asegura ser Leonardo da Vinci reencarnado, ha logrado amasar intereses en bienes por valor de 7.4 millones de dólares y posee una empresa que por lo menos le renta unos 2 millones al año.

Pero el grupo ha sido criticado por familiares de adeptos a la Medicina Universal, quienes aseguran que el señor Benhayon tiene una influencia poderosa sobre sus miembros, tanto sobre su dieta, el sueño, el ejercicio, la música que escuchan o su comportamiento sexual. Los familiares que han hablado con la prensa indican que las familias que se han visto afectadas ascienden a unas 42.

La Medicina Universal enseña a sus seguidores a evitar la «energía negativa» en todo, desde el queso al alcohol o el irse a dormir más tarde, para lo cual también vende libros, fundas de almohadas, ofrece conciertos, retiros en Vietnam o «talleres de relaciones» que pueden costar hasta 36.000 dólares por sesión.

Un hombre dijo que su esposa había gastado 50.000 dólares en Medicina Universal en los últimos tres años, otro dijo que su esposa había gastado 40.000 en cuatro años.

Un padre de Brisbane culpó de su ruptura matrimonial a los cambios radicales en el comportamiento de su esposa alentados por la Medicina Universal y está preocupado por su influencia sobre su hija de 7 años. Al recordar a su ex mujer, dice «solía venir a casa de los talleres como si fuera una droga».

Rafael Aron, director del Cult Counseling Australia indicó que el número de rupturas, en caso de comprobarse, sería el más elevado que conocen en movimiento sectarios o sectas en Australia.

Pero el fundador ha indicado que en caso de ser cierta esa cifra sería decepcionante pero que en cualquier caso él no sería responsable de esas rupturas, puesto que seguramente antes ya existían problemas. Benhayon declaró a la prensa recientemente que «me sorprende que un centro de ayuda a personas en sectas hayan atendido a ex alumnos míos […] la verdad, no tengo ni idea de lavar el cerebro».

Pese a todas las críticas y denuncias de familiares que está recibiendo, Benhayon ha decido fundar una Facultad de la Medicina Universal en Goonellabah (Nueva Gales del Sur), «para que mis enseñanzas no se vean distorsionadas». La Facultad de la Medicina Universal ha sido registrada como una organización benéfica exenta de impuestos y está buscando donativos por valor de 750 mil dólares. Sus seguidores, como el cirujano Samuel Kim del StAndrews Hospital, aseguran que la terapia propuesta por Benhayon -incluyendo el «masaje esotérico de los pechos»- puede funcionar bien con la medicina tradicional. Por su parte, el profesor de sociología de Queensland Alex Broom indica que «este tipo de propuestas atraen a la gente […] implican una serie de prácticas que conllevan cambios […] pero cualquier sistema que pase a girar en torno a una única persona puede terminar acabando en una especie de totalitarismo […] de hecho, para algunos puede resultar perjudicial, afectando a sus relaciones, su dinero o el que no se alcancen las promesas de curación».

Cuando se ha presionado a Benhayon a que de un argumento para sostener la idoneidad de, por ejemplo, «el masaje esotérico de los pechos», éste ha respondido que se trata de un masaje practicado «por la desconexión con el cuerpo de algunos mujeres […] pero también porque muchas mujeres se han quejado de sentir sus pechos como algo más que un órgano destinado a amamantar a sus hijos o a satisfacer sexualmente a los hombres […] pero que en definitiva nunca habían aceptado su propio cuerpo».